martes, 10 de junio de 2008

De lo mio, lo peor (y lo mejor también)


Este fin de semana que pasó, me dediqué sin asco a disfrutar de algunos placeres terrenales muy valorados: una buena comida, una buena bebida (o varias, en este caso, je), buena yunta, y mucho tiempo libre para dejar hacer.

Sabía que esta sería una semana complicada, así que decidí tomarme un desacanso de las obligaciones que me atañen, como estudiar y estudiar para el trabajo. Por su puesto, cada acción tiene sus consecuencias, y esta no es la excepción.

Ayer hubo poco trabajo en la oficina, aunque paralelamente el poco trabajo asignado que tenía, fue suficiente como para volverme loca todo el día. En este mi tercer mes de "productividad", mi jefa me recordó que espera más y mejor, y que sobretodo espera que ejercite mi autonomía, pregunte menos y haga más. O al menos eso me dijo el viernes.

En la facultad, los profesores no se achican, y aunque muchos hayan perdido la conciencia sobre lo apremiante del factor tiempo (y sí, lo digo por vos Lorena-profesora-de-semiótica), no por eso esperan menos de nosotros: tanto para leer, tan corto el tiempo, tan cerca el día del tiro de gracia: sábado 14/06, 9 hs., aula 9. Ver para creer.

Es gracioso pensar en uno como un condenado en el potro de las torturas, tironeado para todos lados a ver cuánto aguanta.

Y no lo digo porque sólo yo tengo la idea fija sobre eso: subte A, martes 10/06, 11.00 hs. Publicidad de "Átomo desinflamente" en cápsulas (puaj!). "2500 horas sentada frente a la computadora. El precio por ser una mujer independiente".

¡Qué viva la Edad Media en la publicidad actual!




Adios!






Campanita*

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