lunes, 9 de junio de 2008

(Estamos invitados) A comer


Es poco probable encontrar una vidriera donde lo que se ofrecen son comensales ensimismados a la vista, pero puedo jurar que hoy vi una de esas.

Es más: hoy fui una de esos comensales, y sumado al gris de las ventanas y al clima poco alentador, me sentí modelo exclusivo de la pena.

Hace algunos meses no me hubiese importado. Probablemente, esta lo hubiese elegido voluntariamente.

Pero, siendo el hombre un animal de costumbres, y no siendo yo la excepción, hoy me sentí fuera de mi elemento.

Nadie se reía de mi torpe manera de engullir fideos con salsa.

Nadie había para comentar lo mucho que me gustaría estar en casa viendo una peli, tapada hasta la cabeza.

No había nadie, y sin embargo la sala estaba llena de gente. No hay peor sentimiento.

Gracias que no es un patrón en mi vida actual, pero a veces no puedo creer lo mucho que uno da por sentado las cosas sólo porque las tiene. Craso error.

Y bueno... mañana será otro día, y la noche llegará para enmendar lo que no estuvo bien.

Buen provecho!



Adios!





Campanita*

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