lunes, 26 de mayo de 2008

4,5

Estoy sorprendida. Es más: diría que estoy ultrajada en mi vanidad. Golpeada en mi ego, sería el término más acertado.
Hay veces en que ,incuestionablemente, procedemos como sabemos que está bien; como "es debido". Sin cuestionar, sin repetir y sin soplar, hacemos lo que toda la vida supimos hacer, y así pasamos tiempo regocijándonos en nuestra apacible mediocridad.
Sin embargo, llega un punto en que un acontecimiento nos obliga a cuestionarnos. Nuestras armas sociales, hasta ahora tan efectivas, dejan de funcionar, y caemos en la cuenta de las limitaciones de nuestras pantallas; nuestras consideraciones hipócritas, y ese gusto por lo sereno, que nos hace sentir a salvo.
Se me considera buena alumna. Hasta yo me considero así.
Se espera de mi que rinda bien, si es posible excelentemente bien, sin demostrar el más mínimo esfuerzo. Por obra y gracia de la decantación natural. Amén.
Es memorable el año en que me llevé mi primer y única materia a Marzo. Siempre me lo hacen acordar, de hecho. Todo el mundo asumió que fui víctima de un mal parido profesor que decidió hacer conmigo un ejemplo, y demostrar que hasta los grandes caen. Jamás nadie cuestionó mi inhabilidad para las matemáticas, y el hecho hasta milagroso que esa fuera mi única mancha en un área en la que aún hoy soy deficiente, y demuestro severas fallas de comprensión. Todo fue culpa de Guillermo.
Hoy recibí mi primer nota "baja" de la carrera, a casi tres años de haberla empezado. Y lo digo así, casi como encubriendo el halo de negatividad de la calificación, porque en cualquier otra circunstancia no estaría mal visto haber obtenido ese resultado. Es más: se vería hasta aceptable, para un nivel universitario.
Lo ciero es que hasta mi profesora no se creyó su propio argumento, y terminó ofreciéndome reveer el parcial, porque "corrigiendo 80 parciales, tal vez me equivoqué. Sé que sos una persona que sabe, que participa en clase... Esto no es más que un papel, en definitiva. Dejame que lo vea". Y recién ahí me fui a sentar conforme.
Si pudiera hacer una autocrítica, diría que creo profundamente en la casilla que me han creado, y en el estereotipo social que me he sabido construir.
Soy la que habla en clase, la que tiene que tener algo que discutir, la que escribe raro en los parciales. Soy la que los profesores conocen por nombre y apellido, y la que jamás sacó menos de 8. Hasta hoy.
Entiendo el esfuerzo de denota preocuparse por esta tremenda pelotudez, y sin embargo no puedo evitarlo. Soy como la alcóholica que sabe que va a volver a encontrarse en comunión perfecta con la botella, y sin embargo miente en la ya enesima reunión anónima en la que participa.
Y como probablemente este es uno más de los berrinches de nena mimada que voy a construir en torno a mi carrera, por ahora no tengo más que agregar.

Adios.






Campanita*

1 comentario:

Someone in somewhere dijo...

4,5, mira, la verdad se que te tengo que contener gor, se que tengo que apoyarte en cuanto corresponde a que te vaya mal en algo o a contenerte por un "fracaso"?. Bueno en sintesis se que deberia de decirte algo, pero la verdad, no me parece malo que te saque una nota baja nuevamente. De hecho, me parece re copado, al menos eso denota que sos HUMANA...
Sos un Goliat del estudio. =)
De todas formas sabes que para las matematicas nunca te va a faltar un Nico ;)

TE AMO.