lunes, 14 de abril de 2008

¡Hace frio! (5 desayunos)


Por Dios, esto es injusto!

O sea, el jueves pasado estabamos en remera, y los 28° sostenían que el verano aún pisaba firme. Ya sé, ya sé: esa debería ser la excepción y no la regla, pero no me mal acostumbren, porque les pesará.

Hoy me levanté tarde, y con más sueño que el reglamentario, odiando profundamente tener que ir a la facultad, maldiciendo el no poder quedarme en mi cama.

No sólo me dormí, sino que no me pude bañar, me vi forzada a dejar mi cama, enfrentar el frio y no desayunar. No es justo.

Después, para colmo de males, llegué tarde a semiótica, y nuestra querida Lorena hablaba pavadas, lo cual aumentó mi odio desmedido.

Tomemos un pequeño paréntesis: Lorena es una de esas profesoras afectas al modelo pedagógico hasta las últimas consecuencias. Me captan? Pizarrón-definición-entendieron?-bla,bla,bla-pizarrón. Así lo sistematiza, así nos quema la cabeza.

Pero hoy no estaba para la cachetada, y realmente no quería prestar atención. Realmente NO quería.

Para colmo, como me fui sin mi dosis de cafeína diaria, intente (en vano) ir a comprarme uno en "La barbarie" (a.k.a, bar de Facultad de Sociales con nombre estereotípico, que funciona como cooperativa entre estudiantes). Cerrado; cerradísimo. Strike 1.

Una vez que nos largó (tarde, debo agregar), intenté nuevamente, y esta vez estaba abarrotado de gente en las mismas condiciones. Desistimos. Strike 2.

Sali para el lado del bar amigo: ese que lluve, truene, nieve, SIEMPRE tiene lo que necesitas. Me falló por primera vez en la vida. 20 minutos de espera hicieron que tampoco pudiera tomar mi desayuno ahí. Strike 3.

Ofuscadisima, me fui para el subte, no sin antes comerme un Jorgito (Ja!). Me pinté a todo lo que da (creanme, parecía más muerta que de costumbre), y bajé con el tapado, la mochila, la bufanda... toooooodo colgando. Más ofuscasión, claro está.

Llegué a la oficina, y jamás pude tomar un café decente sino hasta las 12.10, no sin antes respoder por los tickets cerrados el viernes pasado, de los que por su puesto no tenía idea, pero mi jefa estaba más que dispuesta a hablar.

Maldito lunes.




Adios!





Campanita*

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